Caso del policía Sergio Iván Aguilar, el descargo
La familia del subjefe de la DDI de Caleta Olivia, dio a conocer una carta con el objetivo de realizar un descargo respecto a la situación del policía despedido

Luego de que Premisa diera a conocer la información sobre la cesantía del subcomisario Aguilar, la esposa Nilda Alcira Castro se comunicó con este medio para dar a conocer su postura ante la situación laboral de su pareja y el momento familiar que están transitando:
“Hace unos días a mi marido Sergio Iván Aguilar, subcomisario y ex segundo jefe de la DDI con 22 años de servicio, le informaron que le daban la cesantía de la fuerza policial llevándolo a retiro, sin embargo, esta información no fue notificada personalmente, sino que se dio de manera verbal ante el reclamo de mi marido por no percir sus haberes correspondientes al mes de Abril”
La carta continúa con un relato de la mujer sobre la situación: “Mi marido desde hace no más de tres años se encuentra transitando una causa, por haber tenido comunicación con sujetos que en algún momento de su vida han sido parte de algún acto delictivo o tienen conocimiento de ciudadanos que aún se encuentran perpetrando dichos actos; estos ciudadanos en la jerga policial, más precisamente en la llamada DDI se los denomina “informantes”, dicha comunicación nunca fue desconocida por el superior de mi marido, el Sr Comisario Pablo Méndez y que actualmente continúa a cargo de dicha dependencia”
En la continuidad del relato, Nilda aclara que su marido nunca fue procesado por la justicia por esta causa, pero sin embargo sería el motivo por el cual se lo separa de la fuerza policial. “A mi parecer quizás sea por no haber cumplido con lo que establece el reglamento policial aludiendo a la comunicación con ciudadanos delincuentes si se quiere decir. Ahora mi pregunta es ¿una persona honesta, de valores, que trabaja dignamente puede ser un informante? ¿desde mi hogar, yo puedo saber quién anda cometiendo faltas? Creo que NO. ¿Por qué es esta represalia contra él, si solo se dedicó hacer el bien para la institución y para la comunidad?”
Luego, la Sra. Castro realiza una serie de preguntas y afirmaciones: “¡¡Cuantos policías realmente se relacionan con delincuentes y son participes de ellos y no se toman las mismas decisiones!! ¿Sabe cuántos hechos mi marido resolvió? Miles- toda su carrera la hizo en la DDI- ¿sabe cuántas veces me enoje con él? Si, me enojaba con él y mucho porque con su enfermedad detectada hace casi 10 años-artritis rematoidea tramitando CUD- con un certificado médico de horario reducido, se iba a trabajar, a veces agarrándose de las paredes. Vivía totalmente orgulloso de su trabajo, cada caso que lograba esclarecer era lo más gratificante para él, de cada caso que resolvió nunca se enriqueció con nada, lo único que él hacía era su trabajo, sin embargo al tomar esta decisión de retirarlo de la fuerza policial hoy lo deja agobiado, abandonado y angustiado tanto emocional como psíquicamente. ¿Saben qué es lo que están haciendo al tomar esta decisión?, Nos están, prácticamente, dejando en la calle, tenemos dos pequeñas niñas de 4 y 13 años de edad. El daño que le hacen es tan irreparable para él; ¡¡Le están quitando años de esfuerzo y dedicación! Años que sirvió a la policía con todos sus honores, estando a disposición las 24 horas sin importarle nada, años a disposición de la comunidad, brindándole todo lo que esté a su alcance”.
También la mujer cuenta que su marido no trabaja desde el 2020, debido a la pandemia y al considerarse paciente de alto riesgo, cuenta con un certificado por su médica de cabecera. Y en febrero de este año, habría recibido una llamada del Jefe de policía de Santa Cruz, diciéndole que “cuándo pensaba volver a trabajar”, a lo que el marido le respondió que por prescripción médica aun no puede hacerlo porque es paciente de riesgo. Y que antes de finalizar esta conversación su jefe le manifestó que cuando esté bien de salud y con las dosis correspondientes, le daría un nuevo destino. Al ver esta situación y el reclamo de su jefe, el policía opta por enviarle mediante WhatsApp todos los certificados médicos de hace 10 años en donde describía su enfermedad. A las pocas semanas de esta conversación recibe un llamado de gabinete policial informándole que se le realizará una junta médica, a la cual asiste y lleva todos los certificados médicos actuales logrando reconocer y resolver que por su enfermedad y ante los posibles riesgos que corre su vida (covid 19) no es recomendable que se presente en su lugar de trabajo hasta tanto no lo autorice su doctora de cabecera.
“Para ir cerrando esta nota quiero hacer hincapié que lo que le comenté anteriormente es un breve resumen de la situación por la que está atravesando mi marido y de la injusticia que hay contra él. Son 22 años de servicio, 22 años entregándole su vida a la fuerza policial, 22 años de trabajo sin un día de sanción, 22 años de trabajo con un legajo sumamente intachable. Y hoy la historia es otra, hoy se encuentra desesperanzado, agobiado, prácticamente en la calle con una familia que sostener y con una enfermedad que lo va debilitando día a día sin darle la posibilidad de conseguir otro trabajo, 5 años y ya se jubilaba…”
“Sólo quiero pedirle en nombre mío y de mis hijas que lo escuchen, que lean su expediente, que llamen a declarar al personal de la DDI, son personas claves ante esta situación, son personas claves que saben del trabajo de mi marido, son personas claves que saben más que nadie como es el trabajo en una brigada de investigación”.
Por último realiza un pedido hacia la División de Investigaciones: “Necesitamos de su ayuda, mi marido, padre de familia necesita ser escuchado, necesitamos un bienestar para nuestras hijas, ellas dependen de su papá”.